martes, 22 de junio de 2010

Bienvenidos.

Se ha descubierto que mi hija es celiaca ahora que ha cumplido 25 años. Siempre tuvo problemas intestinales y hemos visitado a muchos médicos sin que ninguno hubiera dado con esta enfermedad. Hemos sido nosotros los que hemos alertado al médico y le hemos solicitado análisis que a la postre dieron positivo.

Esto me hace pensar que deben ser muchos adultos los que pueden tener intolerancias al glúten y que aún no se han dado cuenta, o mejor dicho, se dan cuenta pero no han sido diagnosticados.

Como se ha demostrado en programas de televisión y como nosotros mismos comprobamos todos los días cuando compramos productos para celiacos, tenemos que pagar mucho más caro cosas cotidianas como el pan y las galletas. Otros productos como los embutidos, jamón cocido, etc., van incorporando el anuncio "sin gluten" sin que el precio se encarezca. Es por esto por lo que este blog nace para tratar sobre los productos farináceos, especialmente el pan.

El pan (nuestro de cada día) es caro y malo. Es muy malo. Está muy malo. Es carísimo, especialmente los picos, grisines o colines, aunque están más conseguidos.

La solución es hacer nuestro propio pan. ¿Pero cómo? Bueno, creo que cualquiera puede tener o usar una panadera eléctrica. El precio parte de unos 39 euros (Mediamark), para un pan de poco más de medio kilo. Otra, un poco mayor y por unos 50 euros, es la de marca Carrefour. Debemos usarla nada más para productos sin gluten. En mi caso tengo dos, ya que la tentación de hacer nuestro propio pan es muy grande al ver lo bueno que sale.

La primera idea que tuve fue la de comprar los preparados panificables que venden en Mercadona (poco más de dos euros) o un poco más caros en Carrefour y mucho más caros en las tiendas de dietética.

Estos preparados están hechos en su mayor porcentaje de harina de maíz y el maíz no es ni muy sano (si se consume en grandes cantidades) ni agradable al gusto o al tacto en boca.

Supongo que habrá quien le guste mucho, pero mi opinión es que no es nada comparable al pan de trigo.

Desde luego hay que partir de una realidad: El parecido del pan elaborado por nosotros será al pan de trigo o centeno elaborado por nosotros mísmos. Es decir, conseguir una baguette o una chapata es más difícil que conseguir un pan de tipo tradicional o de pueblo, pero supongo que todo es prácticar. Quién lo haya conseguido que lo diga.

Para mí, el secreto está en añadir otros componentes o cereales que suavicen el sabor y el tacto del maíz. Éstos son la soja en polvo, la harina de arroz, preferiblemente integral, la harina de alforfón, mijo, lino, etc.

Yo iré escribiendo las recetas y las fotos de los panes que desde ahora vaya consiguiendo y también los resultados de la cata, tanto por quienes son celiacos como por los que no.

¡Ánimo, y participar!

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